En este mundo, tengo derecho a no ser perfecto(a), por esa razón no diré más: "Fracasé", ni me consideraré un fracaso. Diré, en cambio: "Cometí un error". Cometer errores es humano y corregible. Cuando alguien se equivoca lo consuelo: "Cálmate, meter la pata es humano". Mostraré por mi mismo(a) igual consideración. Recordaré que, al fin y al cabo, la persona con la que convivo, y con quien puedo contar siempre, soy Yo mismo(a). De tal manera, no me convertiré en mi propio(a) enemigo(a).
Si me perdono por haber actuado equivocadamente en una situación, significa que reconozco que soy como cualquier persona, y tengo la posibilidad de hacerlo mejor la próxima vez.Afrontaré la próxima tarea con autoestima y confianza, en lugar de auto-desprecio y pesimismo.
¡No estoy ignorando mis faltas!, estoy demostrando respeto por mis habilidades. Es así como decido observar mis fracasos y logros en una proporción sensata. Cuando me descubra regañándome: "¡estúpido! ¡tonto! ¡idiota!, me advertiré con firmeza: ¡Un momento! ¡Estoy hablando de mi mejor amigo(a)!: YO MISMO(A).
Entonces me hablaré con ternura y si tengo que desahogarme lo haré riéndome, bromeando conmigo mismo. Sólo entonces, sentiré la diferencia entre comprenderme y despreciarme.Ahora identifico claramente que cuando me perdono y comprendo, me siento empapado en un bálsamo sedante; y que cuando soy duro y me condeno, siento que un ácido corroe mis entrañas.
¡No más maldiciones a mí mismo!, porque es echar leña al fuego. En su lugar, me trataré con ternura, agua fresca que apagará el fuego.
¡No más descalificaciones y torturas ante los errores que cometa! porque cuando me condeno me ciego diciendo: ¡soy culpable... soy culpable! y esto, lo quiera o no, me hace sentir menos que los demás, llegando a creer, incluso, que no sirvo.Seré conmigo, como con los demás: me daré palabras de aliento; sí… la misma fuerza que doy a quien las necesita; la misma ayuda para continuar mi camino de paz, amor, dicha y abundancia.
¿Por qué no ser así siempre? si a fin de cuentas mi mejor amigo(a) es aquel (lla) que veo reflejado(a) en el espejo. ¡Ese amigo(a) necesita ternura y aliento, confianza y respeto para sentirse bien y no bajar los brazos ¡yo se la daré!
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